Y se hace camino al andar….

Nos suele ocurrir que cuando conocemos a alguien y le contamos nuestras aficiones, suelen asombrarse de nuestra costumbre de caminar tanto y de las distancias que recorremos.

Si me pongo a pensar de donde viene esta afición a la montaña siempre recuerdo un viaje en autobús acompañando al equipo de balonmano de uno de mis hermanos. Se jugaba un partido en Ronda y cruzamos la Serranía por el Puerto del Viento. Me impactó enormemente el paisaje que descubrí pues no conocía nada de la Serranía de Ronda.Pico del Viento 1Mi entrada en la Sociedad Excursionista de Málaga a finales de 1980, al principio como espeleólogo y luego como montañero, solo sirvió para afianzar mi pasión por la montaña y la naturaleza.Quejigos y la TorrecillaEn esos años esa pasión fue compartida por amigos que conocí allí y que lo han seguido siendo a lo largo de los años. También he tenido la suerte infinita de que Carmen comparte conmigo esa afición por la montaña y el senderismo.Carmen en el VientoY es con ella con quien he recorrido alguno de los lugares más hermosos de la Tierra.

La gente que no tiene costumbre de caminar por la montaña a veces no comprende el significado de esta pasión. Y no hablo de los beneficios físicos que supone el caminar, que los tiene, sino de los beneficios psíquicos y personales que aporta. Cuando recorremos una ruta larga, muchas veces hacemos el camino en silencio y es el paisaje, la propia tierra, las personas que nos encontramos, lo que nos aporta algo que nos llena de vida. Mi amigo Armando Nougués nos habla del significado de enraizarse, de aquello que nos nutre como seres humanos.

Recuerdo un momento muy especial de mi vida, cuando Carmen y yo hicimos el trekking al campo base del Everest.Carmen y yo en KhumbuPara mí el día más duro fue sin duda la ascensión al Kala Pathar, de casi 5600 metros de altitud. Recuerdo que comenzamos a caminar de madrugada, con una temperatura por debajo de 10ºC bajo cero. La acensión de la morrena terminal del glaciar Changri Sha para llegar a Gora Shep me resultó especialmente dura. Carmen se dió la vuelta con nuestro guía y yo continué con nuestro buen amigo Javier Rezola, un buen ejemplo de la fortaleza física del montañero vasco.

Nunca me he sentido tan fatigado como ascendiendo el último tramo para alcanzar la cumbre de Kala Pathar. Javier continuó con nuestro porteador Karbar y yo me quedé retrasado. Recuerdo como contaba diez pasos y paraba para descansar y recuperar el aliento. En un momento determinado decidí parar para recuperarme y beber algo de agua. Me di la vuelta y pude contemplar uno de los paisajes de montaña más hermosos de la Tierra.Vista del monte EverestEl Glaciar de Khumbu, su cascada de hielo, el monte Everest, destacando majestuoso al fondo, la tremenda pared de hielo del Nuptse. Un paisaje imponente que me dejó sin habla durante muchos minutos, solo, concentrado en mis pensamientos.

Y es en ese momento cuando el recuerdo de mucha gente, a la que quieres y aprecias y de tantos sitios que hemos conocido, te nutre, te refuerza y te permite continuar adelante.

Alguien le preguntó una vez a George Mallory, famoso escalador británico que falleció en 1924 ascendiendo al Everest, que porqué ascendía las montañas. Y él respondió:  «por que están ahí».

2 comentarios en “Y se hace camino al andar….

  1. Caminar es la vida, es bonito ir mirando al frente y superarse, y lo mejor es compartir el camino, los mejores momentos es cuando recorres el camino con alguien y apreciamos el valor de tener una buena compañía hasta el final.

  2. Caminar es la vida, es bonito ir mirando al frente y superarse, y lo mejor es compartir el camino, los mejores momentos es cuando recorres el camino con alguien y apreciamos el valor de tener una buena compañía hasta el final.

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